Oscar
Baños Huerta
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Martín Chambi. Tristeza. 1934 |
Presentación
Vivimos una
crisis ambiental a escala mundial, esta crisis no es sino un síntoma de una
crisis mayor de carácter civilizatorio; nuestra manera de estar en el mundo, de
percibir la realidad, obedece a determinado modelo civilizatorio, que se ha
erigido por sobre otros, negando con ello la diversidad cultural y trayendo
como consecuencia la crisis antes mencionada. Por lo anterior considero de suma
importancia revalorar los saberes de culturas no occidentales para generar
prácticas que nos lleven a establecer una relación distinta con nuestro medio
ambiente y todo lo que en él se incluye.
El Conafe, un acercamiento a la Primaria Comunitaria
Actualmente laboro en el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), esta institución se rige por el currículum nacional, con el
fin último de mediante acciones educativas, lograr el perfil de egreso en los
alumnos beneficiarios de sus cursos comunitarios (nombre que se da a todos los
servicios ofrecidos por el Conafe), lo que varía, son las formas de lograr este
perfil, ya que el modelo educativo del Conafe, que lleva por nombre Dialogar y
Descubrir, consta de una secuencia didáctica construida paso a paso pensando en
contextos rurales y de alta marginación. El trabajo se divide en tres áreas:
Español, Matemáticas y Ciencias, esta última incluye a ciencias naturales y a
ciencias sociales. Los alumnos se organizan en tres niveles ya que por lo
regular estos servicios educativos cuentan con una gran diversidad en cuanto a
edades y procesos educativos en los que se encuentran los niños. Nivel I
(abarca primero y segundo grados) nivel II (incluye tercero y cuarto grados) y
nivel III (que comprende quinto y sexto grados); esta organización responde a
la necesidad de facilitar la labor educativa de la figura docente que está frente
al grupo: el Instructor Comunitario, que es un joven o jovencita de entre 14 y
24 años con la secundaria o el bachillerato concluidos, es precisamente por el
perfil que muestran los IC (Instructores Comunitarios), que las actividades
incluidas en los materiales educativos que se manejan en el modelo Dialogar y
Descubrir, están estructuradas de tal manera que sean fácilmente comprensibles.
El trabajo multinivel permite que los niños construyan o consoliden sus
aprendizajes al interactuar con el resto del grupo: quienes saben menos,
aprenden de quienes saben más; y quienes proporcionan asesorías, reafirman y
reorganizan sus conocimientos. De este modo, al dialogar, argumentar y explicar
o exponer sus ideas, los niños fortalecen o generan nuevas habilidades y saberes
en un ambiente de colaboración y construcción colectiva, siempre en el marco de
sus propias experiencias y cultura.
Un modelo civilizatorio dominante
Echado en la estera, boca arriba, el
sacerdote-jaguar de Yucatán escuchó el mensaje de los dioses. Ellos le hablaron
a través del tejado,
montados a horcajadas sobre su casa, en un idioma
que nadie más entendía.
Chilam Balam, el que era boca de los dioses,
recordó lo que todavía no había ocurrido:
-Dispersados serán por el mundo las mujeres que cantan
y los hombres que cantan y todos los que cantan… Mucha miseria habrá en los
años del imperio de la codicia. Los hombres esclavos han de hacerse. Triste
estará el rostro del sol…
Se despoblará el mundo, se hará pequeño y
humillado…
(Eduardo Galeano, Memoria del fuego, los
nacimientos)
Cuando
hablamos de crisis ambiental es relativamente sencillo que nos llenemos de
ideas relacionadas con el campo ecológico, con la conservación de las especies
animales y vegetales y el consumo moderado de los recursos naturales. Esto no
está totalmente fuera de lugar, sin embargo, la crisis ambiental es sólo un
síntoma de un fenómeno que va mucho más allá de eso, pues si bien es
consecuencia de una acción depredadora humana, tiene un carácter cultural y
civilizatorio específico, un modo determinado de mirar la realidad, que nos ha
llevado hasta el momento en el que estamos, dicha forma de insertarse en la
realidad, se universaliza rápidamente y domina otras miradas.
Por lo
anterior es importante mencionar que al ser una visión dominante y por ende una
forma de organizarse muy específica, el modelo civilizatorio dominante,
capitalista, se ha expandido a tal grado e insertado en tantos aspectos de la
vida cotidiana de millones de personas, que es fácil pensar que es algo
“natural”, que esta forma de organizarse, de vivir la realidad, siempre ha
existido y por ello nos da una idea de especie humana muy característica:
humanos depredadores, competitivos y consumidores.
Este modelo
se caracteriza por haber establecido el vínculo entre lo humano y la naturaleza
de tal forma, que la naturaleza sólo existe para ser modificada, para servirse
de ella, para dominarla. El objeto de estudio en que se constituye el medio
natural está alejado de los humanos, quienes miden, comparan y comprueban los
fenómenos que en este medio acontecen; por sí mismo este hecho es sumamente
importante, pues determina la manera de conocer del modelo occidental, harto
distinto de la forma en que se acercan a la realidad otros pueblos. La
naturaleza pues, convertida en recurso es tomada por asalto, vaciada,
modificada; todos queremos un trozo de ella, poseer bienes materiales es
garantía de bienestar y desarrollo (Bauer, 2002).
Por lo
anterior considero que si ha de generarse un cambio, una de las opciones
viables y acorde con los contextos rurales comunitarios que atiende el Conafe,
es propiciar una modificación de la realidad desde lo local, con acciones que
impacten y transformen el pensamiento de los habitantes de estos espacios,
llevándolos a la construcción de un pensamiento reflexivo, que sea la base para
que las acciones que se realizan en el medio escolar sean significativas y
coherentes con la cultura del lugar.
En
concordancia con lo expuesto anteriormente, mi propuesta pretende hacer uso de
aquellos saberes que son parte de la comunidad y resignificarlos logrando con
ello que estos fondos de conocimiento tengan una presencia importante en los
procesos educativos que se llevan a cabo
como parte de las actividades escolares en los servicios que ofrece el Conafe.
La educación ambiental en la educación comunitaria
La
educación ambiental desde el modelo educativo de Conafe, está presente desde la
creación del modelo, ya que considerando que las comunidades atendidas, por sus
características, están en relación directa con regiones naturales en muchos
casos, poco depredadas, fue una línea de acción la de sugerir el respeto por la
naturaleza apoyándose de materiales didácticos que mostraran su riqueza e
importancia para la especie humana. Como
parte del acervo literario del Conafe,
existe una serie llamada “serie Educación Ambiental” en la que se
trabaja desde tres ejes: especies animales, regiones naturales y acciones
específicas.
Los
contenidos incluidos en estos materiales son principalmente conceptuales
aunque, es posible mirar también contenidos procedimentales, factuales y
actitudinales. La mirada desde la que se construyen estos materiales se
encuentra, desde mi punto de vista, entre la sustentabilidad débil y la
sustentabilidad fuerte, ya que si bien pretende educar mediante los datos y
pretende acciones de conservación, también se considera al humano como parte de
la naturaleza y se reconocen las relaciones entre ambos. El hecho de que exista
entre los materiales de Conafe una serie destinada a trabajar contenidos
ambientales, nos habla de una visión más integral sobre los procesos
educativos, es esperanzador que se le dé espacio a este tipo de materiales y se
destinen recursos para difundirlos, pues la serie forma parte de la biblioteca
comunitaria, misma que se encuentra en cada uno de los servicios atendidos por
el Conafe. Sin embargo, los materiales no están vinculados con el modelo de una
manera fuerte, si bien se consideran como materiales de consulta no hay
actividades específicas en los que se requieran. En general la serie es muy
atractiva y después de la información presentada, en el caso de los que hablan
de animales, cuentan con una leyenda o cuento en el que el protagonista es el
animal del que se habló en el libro. Las ilustraciones son bellas y diseñadas
específicamente para el material.
En cuanto a
las actividades propuestas por el modelo, la dimensión ambiental se trabaja
principalmente desde el área de Ciencias, se rescatan algunos saberes de los
niños con el fin de valorarlos y reconocerlos, se habla sobre modos de
producción, que casi siempre siguen siendo tradicionales. A pesar de lo
mencionado anteriormente, el modelo no llega a aterrizar de una manera
importante este reconocimiento de saberes, no se utilizan en acciones más concretas,
sólo se toman como referente para abordar saberes pertenecientes al modelo
civilizatorio dominante, como si estos pertenecieran a un nivel inferior en la
que el ideal es el saber occidental.
Por lo anterior, me parece importante, voltear la mirada hacia grupos no
occidentales, primero para entender la manera en que perciben la realidad y
segundo para identificar los saberes con los que cuentan y que les han
permitido vivir de una manera más amable que occidente, con el medio ambiente.
De este modo, y por laborar en el Conafe, me encuentro en contacto con
diferentes contextos rurales, mismos que son beneficiarios de los servicios
educativos que ofrece la institución mencionada, la diferencia que tiene con la
educación “regular” es una ventaja en cuanto podemos recuperar saberes y
utilizarlos para generar prácticas de educación ambiental dentro de las
actividades escolares, logrando que estas prácticas sean significativas para
los alumnos, pues responderán a los modos de relacionarse con el medio ambiente
que tiene su grupo social.
Síntomas de la crisis ambiental en el contexto comunitario
La
globalización es un fenómeno que sirve finalmente a la necesidad de control, se
trata de homogeneizar como una forma de terminar con el otro, por ejemplo, en el
campo de la biotecnología, los esfuerzos están enfocados a estandarizar y por
supuesto comercializar determinados procesos de producción, en este caso de
productos naturales, de este modo quedan fuera saberes y formas de realizar las
cosas, muy diversas; los patrones de producción tradicionales o no occidentales
son un peligro para el modelo civilizatorio neoliberal, lo diverso no se puede
controlar; a la larga, los modos de producción industrializada (característicos
de este modelo) son insostenibles (Toledo, 1989).
La crisis
civilizatoria en el contexto de la educación comunitaria que imparte el Conafe,
es visible en cuanto que el programa, como ya lo he mencionado, recupera
parcialmente lo saberes de los habitantes de la comunidad, y cuando lo hace es,
primeramente para que los alumnos accedan al saber hegemónico, mismo que se
legitima al dejar de lado los saberes construidos por otras culturas; por lo
anterior considero que es necesario valorar los saberes locales para generar
resistencia y atenuar los síntomas de la crisis ambiental que actualmente se
vive, pues ya se sienten los efectos devastadores de negar otras miradas.
Al reflexionar sobre las características de las comunidades que atiende
el Conafe, así como en el perfil de las figuras educativas que prestan sus
servicios en esta institución, me parece que el rescate de los saberes
tradicionales usados como una estrategia que permita a los instructores
comunitarios generar acciones de educación ambiental dentro de sus aulas, es la
más pertinente, ya que respondería a los usos y costumbres de la localidad
tomando de sus fondos de conocimiento los saberes necesarios para propiciar en
los alumnos la construcción de un pensamiento reflexivo con relación a su medio
ambiente.
En la lógica anterior, lo que se pretende es generar un pensamiento
crítico y reflexivo en las alumnas y alumnos de la Primaria comunitaria del
Conafe, que les permita relacionarse con su medio ambiente de una forma
respetuosa. Para lograrlo es
imprescindible hacer uso de los saberes tradicionales de la comunidad para
construir estrategias de educación ambiental en los servicios educativos del
Conafe así como elaborar material para la formación docente, que permita a las
figuras educativas identificar sus propios saberes y los saberes de la
comunidad en la que prestan su servicio social, propiciando con ello una mirada
intercultural que permita a las figuras educativas caracterizar los fondos de
conocimiento de la localidad en la que prestan su servicio social.
Consideraciones
finales
Estoy convencido de que la crisis ambiental, es un síntoma de una crisis
mucho mayor: una crisis civilizatoria; por ello, pienso que en múltiples
escenarios sociales ya podemos notar los efectos de la misma, tanto en la vida
de los individuos como en el medio ambiente. El modelo civilizatorio dominante
se ha impuesto por sobre otras culturas, dejando de lado saberes pertenecientes
a las mismas (En este caso las comunidades atendidas por el Conafe) imponiendo
un conocimiento hegemónico en detrimento con la diversidad cultural. Al ser
negados los saberes de los individuos, se propicia su inserción en la
problemática ambiental fortaleciendo la crisis. Por lo anterior el uso de los
saberes tradicionales para generar estrategias en educación ambiental es una
forma pertinente de hacer frente a la crisis ambiental desde los contextos
comunitarios rurales, ya que las prácticas generadas tomando como base estos
saberes, serían significativas y acordes a la localidad.
Referencias
Bauer, Arnold. Somos lo que compramos.
Taurus. (2002).
Berman, Morris. El reencantamiento
del mundo. Editorial Cuatro Vientos. México. (1995).
Freire, Paulo. Pedagogía
del oprimido. Siglo XXI Editores. México, (2005).
Fullat, Octavi. La peregrinación
del mal. (1999).
Lipovetsky, Gilles. La era del
vacío. Anagrama. España. (2008).
Santamaría Ramírez, Blanca. Los
saberes tradicionales y la Educación Ambiental: El caso de las mujeres de la
cuadrilla Guadalupe Amuzgo, Oaxaca. Revista Caminos Abiertos Núm. 171,
enero-marzo 2008.
Toledo, Víctor. La cara oculta de
la Luna. Seminario sobre Economía Agricultura del Tercer Mundo. (1989).
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