Gloria
Adriana Garduño Anzures
…El medio ambiente
es el ambiente cercano, cotidiano, aquel en el que pequeñas iniciativas pueden
comenzar a modificar actitudes, modos de actuar y formas de juzgar. Esta
educación para el ambiente traduce en el campo educativo el lema “actuar
localmente y pensar globalmente”, y reconoce a la escuela un papel
protagonista: no sólo de transmisión de informaciones, no sólo de uso más o
menos pasivo de “propuestas verdes“, sino de proposición de pequeñas acciones
que partan del territorio y que incidan sobre el territorio constituyendo un
modelo de gestión del propio ambiente...”
Mayer.M
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Martín Chambi. Amanecer en la Plaza de Armas, 1925 |
Presentación
A través de mi experiencia docente
he podido darme cuenta de lo importante que es desarrollar una conciencia
ambiental en los niños y niñas desde edades tempranas. A los niños y niñas les
gusta investigar, experimentar, crear, aplicar, son observadores y conscientes
de que sus acciones tienen impacto y consecuencias sobre la vida. Es por esta
razón que el desarrollo de una conciencia ambiental es enriquecedor en esta etapa
de la vida. Otro aspecto que se logra a través de la aplicación de la educación
ambiental, es el desarrollo de la empatía, capacidad crítica y sobre todo, la
puesta en práctica de soluciones planteadas por los propios niños y niñas, lo
que favorece su interés por la investigación.
La educación ambiental en el aula preescolar debe verse inmersa e integral,
es decir que tiene que estar presente en todo momento del proceso educativo,
para que en vez de un tema de clase, se transforme en un proyecto que impacte
la vida de los niños, niñas y sus familias. Considerando que toda experiencia
de aprendizaje sea basada en la realidad y el contexto donde se desenvuelven
los niños y niñas. Así, la aplicación de la educación ambiental en el aula
preescolar permite el desarrollo de dinámicas participativas, donde el docente
puede ser innovador con la confección de pequeños proyectos donde puedan poner
en práctica sus experiencias, esto impacta a los niños y niñas haciendo que se
apropien del tema y de este modo promover actitudes de cambio. Es importante que todo docente busque
estrategias concretas para la aplicación de conceptos abstractos, ya que los
niños a esta edad tienen dificultad para llevar su pensamiento más allá de lo concreto.
Una estrategia que en mi caso funciona, es la utilización de personajes que
cuenten sus historias para concretizar las experiencias de los niños y niñas.
El tocar observar, identificar y conocer es importante
para los infantes por lo que es necesario que siempre se parta de la vida cotidiana.
Esto porque no se puede lograr el desarrollo de conocimientos si no se
contextualiza el tema; al no representar experiencias significativas, la
actitud del docente deber ser igual que la de los niños y niñas, debe ser
investigador, creador, reflexivo y sobre todo identificar que en materia
ambiental va a desarrollar la actividad. Todos somos aprendices y debemos ser
conscientes de que debe ser algo más que un tema de aula, debe convertirse en
un estilo de vida que impacte en la escuela, la familia y la comunidad.
Niños y niñas cuidadores de su
barrio “Tepito”
La educación es un proceso interno por el cual el niño o
la niña logra progresivamente su desarrollo integral en todas las dimensiones
madurativas del ser humano. En palabras de Friedrich Froebel (1826): “La
educación no es sino la vida o el medio que conduce al hombre, ser inteligente,
racional y consciente, a ejercitar desarrollar y manifestar los elementos de
vida que posee por si propio.” La educación de los sujetos debe estar
encaminada a desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y
física hasta el máximo de sus posibilidades.
Hoy podríamos definir educación como
aquella ofrecida a cada uno de los niños y niñas para que adquieran conciencia de sus capacidades
creadoras, de sus posibilidades de expresión y comunicación y de sus
habilidades intelectuales y emocionales, a través de experiencias de
socialización pedagógica y recreativa.
Avanzando sobre lo anterior, en el
Informe Delors (1996) de la UNESCO,
se afirma que la educación en el siglo XXI, deberá basarse en los
siguientes pilares: Aprender a CONOCER,
Aprender a HACER, Aprender a VIVIR, Aprender a SER. Se sostiene que la educación
tiene una doble misión: "Enseñar
la diversidad de la especie humana y contribuir a una toma de conciencia de las
semejanzas y la interdependencia entre todos los seres humanos. Desde la
primera infancia, la escuela debe, pues, aprovechar todas las oportunidades que
se presenten para esa doble enseñanza". Resulta evidente que, a
través de la educación, debemos ayudar a los niños y niñas a crecer como personas libres, con capacidad
crítica, exigiendo lo mejor que cada uno puede aportar de sí mismo a la
sociedad, ayudando a formar su carácter y a que aprendan a conducirse
razonablemente a través de la interiorización de roles y valores morales y
sociales. La educación potencia las posibilidades que la naturaleza, la
herencia o el entorno han ofrecido al niño o la niña. Nunca debe tratar de
cambiarle según un patrón dado, sino estimular en él o ella lo mejor de lo que
lleva en sí mismo, encauzando y enriqueciendo su potencial. A través de la
educación podemos formar nuevas generaciones que conozcan y comprendan el mundo
y se comprometan a mejorarlo día a día. Apoyándose en el conocimiento de las diferentes
culturas y los nuevos conocimientos que aportan las disciplinas científicas,
humanísticas y artísticas debe adaptarse a los nuevos retos y oportunidades de
la sociedad contemporánea en la que los cambios se suceden de forma rápida. Sin duda, la educación es mucho más que la
adquisición de conocimientos de las diferentes disciplinas y nunca debe
confundirse con la instrucción, más en este tramo donde los niños y niñas
tienen la misma edad.
La educación en valores
Resulta
evidente que la educación es ante todo un viaje interior, cuyas etapas
corresponden a las de la maduración constante de la personalidad. Maduración en
la que iremos adquiriendo y consolidando conocimientos y actitudes en las que
basaremos nuestros comportamientos y acciones.
Del mismo
modo resulta básico aprender a vivir
juntos, para lo cual será imprescindible educar desde el preescolar las normas por las que se rige, o debería
regirse, esta convivencia. Si educación en preescolar la hemos definido en
multitud de ocasiones como aquella encaminada a "desarrollar la personalidad, las aptitudes y
la capacidad mental y física del niño hasta el máximo de sus
posibilidades" (Convención) sobre el derecho de los niños, Art 28) podemos afirmar que es aquella encaminada al desarrollo de la personalidad, y de los valores que nos
permiten la convivencia, hasta el máximo de sus posibilidades. Los
logros fundamentales del desarrollo de la personalidad en educación temprana
consisten en la formación de la autoconciencia y de una indudable subordinación
y jerarquización de motivos. Gracias a esto el niño y la niña adquieren un
mundo interior bastante estable, que les permite una activa y consciente
participación en el mundo que les rodea e imprime una determinada tendencia a
toda su conducta. La condición fundamental para poder hablar de una formación
de la personalidad en esta edad es que su comportamiento puede ser previsto, lo cual implica
una dirección del comportamiento. El punto central de esta formación es la
observancia de reglas de conducta que son socialmente aceptadas, normas que los
niños y niñas asimilan en su actividad y en la comunicación con los adultos y
el mundo circundante, y que les permiten regular su conducta de manera mucho más
efectiva que en etapas posteriores. Desde este punto de vista, los valores se
conforman en el proceso de desarrollo del individuo, a partir de sus etapas más
tempranas. Dentro de esta concepción los valores son infinitos, en el sentido en que es infinita la realidad ideal; ello
hace que realizando acciones que abarquen una gama importante de aspectos de la
realidad, se estén sentando las bases para la formación de múltiples valores.
Dentro del enfoque "global del niño o niña" se instauran las premisas
de los distintos valores específicos que van a caracterizar al ser humano
adulto, sin que se pueda pretender
hablar de valores específicos en los más pequeños (as).
Programa de Educación Ambiental en Preescolar
En
preescolar los valores, como todo en el niño y niña, tienen un enfoque globalizado, al igual que
sucede con los conceptos, las normas, las nociones, las capacidades,
habilidades y otras formaciones psicológicas, porque la actividad del infante en
estas edades tiene un carácter generalizado. Solo en el final de la edad
preescolar es que se comienza a plantear una diferenciación de estos valores
globales, en la medida en que el desarrollo afectivo y cognoscitivo permite un
conocimiento y una vivencia mayor de la realidad circundante.
Paulo
Freire (Pedagogía del oprimido 2005) pretende que el individuo se forme, no formarlo, para ello propone que
las situaciones de aprendizaje emanen de las vivencias que constantemente
enfrenta en su cotidianeidad, eludiendo las experiencias artificiales en las
que suela caer la educación actual, por el contrario propone problematizar su
vida para que se dé cuenta que requiere y puede alcanzar un status distinto. Ahora bien, la educación ambiental no podemos
entenderla si no es de manera paralela
y simultánea con lo que tradicionalmente conocemos como EDUCACIÓN EN VALORES. Difícilmente un
niño o niña cuidará el medio ambiente si no se cuida a si mismo, difícilmente
respetará el medio ambiente si no se respeta a sí mismo y a los demás. Está claro que hemos de educar para
compartir, respetar, amar, creer.
Reflexión final
La educación ambiental en el Jardín de Niños debe tener un enfoque
interdisciplinario donde no se considere como un contenido más , si no como una
articulación de contenidos que se desarrollen en las actividades cotidianas
aprovechando todas las situaciones, problemas y vivencias que se vayan
presentando promoviendo en los niños la formación de juicios de valor
encauzando su comportamiento social y así tengan una actitud participativa y
armónica hacia el medio, contando con herramientas adecuadas para enfrentar los retos que vaya presentando la
sociedad, el tener presente que el trabajo en grupo ayudará a los niños y niñas
a la construcción de soluciones influyendo de este modo en el actuar del día a
día. Asimismo es importante fomentar la creatividad, la cual se reconoce como
una de las actividades humanas que permite responder a los complejos desafío y
graves problemas que vivimos en la actualidad y que demandan respuestas nuevas. Es importante que como docentes recordemos: Trabajar
con un enfoque ambiental el proyecto y/o actividades que se realicen en el
Jardín de Niños, propiciando en todo momento el desarrollo de actitudes y acciones en beneficio del ambiente,
considerando al niño como parte de él. Considerar las experiencias previas de los niños relacionando
las situaciones más conocidas por él, para que sean coherentes con las
características de la comunidad, de la zona, problemas ambientales, etc.
Que el educador organice
dentro de su planeación actividades enfocadas a la educación ambiental, con carácter
interdisciplinario, con el objeto de sistematizar lo que hace. Realizar
actividades novedosas y fuera de la escuela donde se involucren a los padres de
familia y comunidad. Ejemplo: visitas, conferencias, congresos, exposiciones,
etc. Considerar el arte como parte importante, donde el niño podrá expresar sus
ideas y sentimientos. Organizar acciones a largo plazo en el transcurso del
ciclo escolar, donde se involucre a los niños, escuela y comunidad. Realizar
actividades como excursiones, visitas a parques, jardines botánicos, museos,
zoológicos, huertas, etc., además de asistir y/o organizar concursos, foros,
congresos, conferencias, campañas, etc. Se debe reconocer al proceso
enseñanza-aprendizaje bajo una concepción DINÁMICA Y CONSTRUCTIVISTA donde el
conocimiento es un proceso de transformación permanente, que es construido por
el que aprende.
Referencias
Chavarria, E. y Zeledón P.
(2001) Educación infantil en valores
desde la ética de la alteridad, San José, UNED.
Convención sobre los
derechos de los niños (1990).
Delors Jaques (1996)
Informe a la UNESCO de la comisión internacional sobre la educación para el
siglo XXl, “La educación encierra un
tesoro” SANTILLANA, Ediciones UNESCO
Freire,
Paulo (2005) Pedagogía
del oprimido. Trad. por Jorge Mellado.
2a. ed. México, Siglo XXI.
Froebel
Friedrich (1826) La educación del hombre
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