martes, 31 de julio de 2012

Experiencia como egresada de la maestría en educación con campo en educación ambiental: un relato personal


Alma Rosa Suárez Ruiz*

Exposición en el III Coloquio Nacional de
programas académicos en Educación Ambiental
Resumen
Después de tener la oportunidad de estudiar la Maestría en Educación con campo en Educación Ambiental en la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 095, los docentes egresados salimos con grandes expectativas de lo que podemos transformar en los diversos ámbitos en los que nos desenvolvemos. Al enfrentarnos a nuestras realidades nos topamos con múltiples dificultades que nos pueden desanimar. Algunos sucumben a los problemas o a la apatía, otros, logran ubicarse en posiciones estratégicas donde pueden desarrollar programas o trabajo relacionado directamente con la Educación Ambiental. Otros más, dentro de nuestros ámbitos de trabajo, tenemos que luchar constantemente, a veces contra el mismo sistema educativo, que nos dificulta desarrollar programas formales de Educación Ambiental pero no cejamos en el intento pues lo que aprendimos, ahora forma parte de nosotros mismos y no podemos, aunque quisiéramos, ignorarlo o hacerlo a un lado. En este trabajo expongo someramente mis intentos por compartir lo que aprendí en la maestría, no como una exigencia sino como una forma de vida y las dificultades a las que me he enfrentado para lograrlo.

La experiencia de estudiar la Maestría en Educación Ambiental
Cuando decidí integrarme al programa de la Maestría en Educación con Campo en Educación Ambiental sabía que iba a ser una experiencia de arduo trabajo, que iba a aprender mucho y que iba a obtener muchos beneficios personales, pero obtuve más de lo que esperaba. Ahora que reflexiono, me doy cuenta que no tenía ni la menor idea de cómo el programa iba a cambiar mi vida. Fue una época de retos, desvelos, mucho estrés, lágrimas, momentos de desaliento, pero que me generó muchas de las más grandes satisfacciones que he tenido en mi vida.

Desde el proceso de selección, viví experiencias únicas. La entrevista con los maestros me cimbró. Me hizo reflexionar sobre mis ideas y conceptos, y tuve la primera sensación de lo ignorante que era con respecto al campo en que estaba a punto de incursionar.

Después de ser aceptada y comenzar a estudiar la maestría, lo primero que recuerdo fue la gran admiración que sentí por cada uno de mis maestros al vislumbrar su gran preparación, su dominio del campo, su convicción por lo que hacen, pero más que todo, su gran compromiso, entrega y amor a la labor que realizan. Esto para mi, fue un ejemplo de vida que me compromete a poner mi mejor esfuerzo al hacer aquello que me corresponde.

Durante el desarrollo del programa aprendí entre muchas otras cosas que no podemos decir que alguna situación no nos afecta al estar muy alejada de nosotros o en una esfera ajena a nuestro campo de acción, porque todo está íntimamente relacionado y afecta de manera positiva o negativa a todos los que habitamos este planeta y afectará a las generaciones futuras, por lo que cualquier tema de la cultura, la sociedad, la política, la economía, la religión, la ciencia, etc. tiene que ver con el ambiente y nos debe interesar (Suárez, 2009). También aprendí que los problemas ambientales así como los educativos son complejos porque implican diversos niveles y formas de relación de la sociedad y la naturaleza (Romero, 1998). Recordemos lo que dijo Floyd Cuervo Rojo Westerman, indio de la tribu Dakota Siuox al visitar a la tribu amazónica de los Kayapos a finales de los 80s:

“tenemos conocimientos milenarios que nos dicen que todo en la vida está conectado. Es una tela de araña de vida que va desde los insectos hasta las águilas del cielo. Y lo que hacemos a uno de los tramos, se lo hacemos a toda la tela de araña. El mundo tiene que aprender esa conexión y tratar de vivir en armonía con la tierra.” (Sting, 1989:105)

La Maestría en Educación Ambiental transformó mi vida en todos los aspectos. Me enseñó a observar lo que me rodea con nuevos ojos, a analizar las situaciones desde diversos ángulos, a buscar sus interrelaciones, a pensar en las intenciones o las consecuencias ocultas de cada acción y las afectaciones que a futuro pueden tener. En consecuencia transformó la manera en que me relaciono con mi entorno en todos los ámbitos de mi vida: personal, familiar, comunitario, laboral, etc. Como dice Sauvé (1999) afectó mis relaciones en la esfera de la identidad, la de la alteridad y la de la relación con oikos.

El trayecto fue difícil incluso en ocasiones doloroso pero grandemente satisfactorio. En resumen, en mi línea de vida existe un “antes de la maestría” y un “después de la maestría”.

La realidad que vivo en la escuela primaria
Mi desempeño laboral se ha desarrollado siempre en la educación básica en el nivel de educación primaria. Actualmente me encuentro laborando en la función de Supervisión Escolar al frente de la Zona Escolar 214, perteneciente a la Dirección Operativa No. 2 de Educación Primaria en el Distrito Federal.
Durante las últimas décadas es bien sabido que padecemos una crisis global[1] como consecuencia del modelo de desarrollo que se ha seguido y que afecta también a la educación. En los últimos años los docentes del Distrito Federal hemos venido sufriendo una serie de “cambios” por parte de la Administración Federal que buscan, según lo manifiestan, mejorar el aparato administrativo de la educación básica, fortalecer la función de la Supervisión y mejorar así los resultados de la educación. Esta serie de decisiones se han venido tomando de manera unilateral por personas que tienen poca o ninguna experiencia de trabajo frente a grupo y con la principal encomienda de mejorar los resultados de la prueba enlace como principal parámetro de comparación para decidir si la educación es de calidad o no lo es, si los docentes estamos haciendo correctamente nuestro trabajo, si estamos debidamente preparados, (preparación que debo aclarar, la ha proporcionado el mismo Estado y que ahora es el que la juzga como responsabilidad única del maestro) etc. Cabe aquí citar las palabras de Pablo Latapí (2007:6 ) cuando dice:

 “…me preocupa, primero, que se confunda la calidad con el aprendizaje de conocimientos, lo que simplifica el problema falsamente pues la educación no es sólo conocimiento. Me preocupa también que se establezcan comparaciones de escuelas o instituciones que ignoran las diferencias entre contextos o las circunstancias de los estudiantes, a veces abismalmente distintas...”.

Recientemente ha sido muy comentada por la opinión pública la oposición que hemos manifestado los docentes de diferentes partes del país a participar en la “Evaluación Universal”, misma que fue concertada con la colusión del snte y su lidereza (que no precisamente es aceptada por todos los docentes frente a grupo) y que ahora por conveniencia política ella misma se proclama en contra de la misma. Quiero mencionar que yo como parte de las bases del magisterio, puedo percibir el descontento con la situación laboral, social y económica que vivimos los docentes, el desaliento ante los problemas políticos, sociales, económicos, etc. que vive la sociedad y que repercuten en el aprendizaje de los alumnos, la falta de apoyo a los docentes por parte de las autoridades, los medios de comunicación y la sociedad en general, la sensación de impotencia que sienten los docentes ante los problemas que enfrentamos y que en algunas ocasiones genera una posición de apatía o repliegue. No estamos en contra de evaluarnos, cada año miles de maestros se someten a los desgastantes procesos de evaluación de Carrera Magisterial y toman cursos que les absorben tiempo personal y familiar, con el afán sí, de mejorar sus percepciones económicas, pero también de encontrar herramientas que les ayuden en la lidia diaria que enfrentan en sus aulas para que sus alumnos aprendan, aún con todos los elementos en contra. El problema está en que esta “evaluación” no toma en cuenta la multitud de factores que intervienen en el proceso educativo y en la generación de aprendizajes, ni la compleja interacción entre los sujetos involucrados en dicho proceso (Arias, 2005). Una evaluación estandarizada no puede dar cuenta de las situaciones tan diversas que se viven en las aulas como reflejo de lo que sucede en el país. Ya sabemos, porque lo hemos vivido antes, que después de realizada la nombrada evaluación, los maestros seremos “crucificados” por la opinión pública como mal preparados y como los principales culpables de la baja calidad de la educación del país. Seremos enviados a cursos, que también hemos vivido, impartidos por docentes mal capacitados (sin ser ellos culpables de tal situación) y que, como es de esperarse, no nos dejan más que una sensación de haber perdido el tiempo. Con estas acciones pretende el Sistema que la educación mejore y de no hacerlo, pende sobre nosotros la amenaza vedada de perder nuestro modus vivendi.

¿Qué tiene que ver todo lo anterior, que suena a política o disidencia, con la Educación Ambiental?, tiene que ver todo. Como lo mencioné anteriormente, la ea está íntimamente interrelacionada con todos los campos de acción del ser humano. Las decisiones políticas que se toman afectan la economía, el desarrollo, la situación social de sus habitantes y como consecuencia la educación. Las decisiones políticas que toman las autoridades de la sep afectan todos los ámbitos de la labor docente y por lo tanto el aprendizaje de los alumnos.

¿Cómo puedo acercarme a los docentes que trabajan en las escuelas de la Zona a mi cargo y apoyar su labor en todos los sentidos y en especial en el desarrollo de los temas relacionados con la ea?

¿Cómo se le puede pedir al docente frente a grupo que desarrolle adecuadamente un tema relacionado con la ea, si no se le dan los elementos mínimos[2]? ¿En qué momento se puede trabajar con ellos para desarrollarlos, si se encuentran saturados de actividades y proyectos de los cuales deben presentar múltiples evidencias y resultados, si todos sus espacios se encuentran saturados de guías de trabajo y actividades de toda índole, si incluso tienen ocupados sus sábados para asistir a los cursos de Carrera Magisterial y a partir de este ciclo escolar hasta los domingos para cumplir con las horas extracurriculares que les exige el programa de Carrera Magisterial? ¿Cómo ir apoyando en ellos el reconocimiento de la interrelación de los graves problemas ambientales que enfrentamos si trabajan jornadas dobles, mal comidos y si su principal preocupación es llegar con alimento para su familia al siguiente día de pago? ¿Cómo lograr que no vean el trabajo sobre ea solamente como temas aislados de un programa que deben desarrollar? ¿Cómo lograr que no lo vean como una imposición más por parte de una autoridad?

Es una tarea sumamente compleja que no se desarrolla de inmediato, ni por el simple hecho de que lo diga la supervisora. Considero que primero que todo, es necesario que los maestros que trabajan en las escuelas pertenecientes a mi Zona Escolar me consideren como parte de su equipo de trabajo, que sientan la confianza de compartirme sus puntos de vista y sus preocupaciones, participar de sus luchas y problemas diarios y apoyar desde mi posición el trabajo del maestro frente a grupo.

Como supervisora de esta zona llevo solamente un año y medio, debido a los cambios impositivos y absurdos que comenté anteriormente. He tratado de estar cerca de ellos en el salón de clases, en sus procesos de planeación, organización, administración, etc. He tratado de minimizarles o incluso evitarles, aquellas actividades que me parecen absurdas o inoperantes para apoyar los procesos de aprendizaje de los alumnos. He buscado que trabajemos en un clima de confianza y apoyo. He peleado junto a ellos por nuestros ideales comunes como en los paros laborales y la asistencia a marchas de protesta, aún a riesgo de de ser señalada o recibir una llamada de atención por parte de mis autoridades.

Con respecto a la aplicación de un programa formal para apoyar la labor docente en relación con la ea, apliqué una Unidad Didáctica con los docentes de una primaria en el 2009[3]. En la ubicación anterior trabajé con los maestros en juntas de consejo algunos temas de ea, en la actual Zona no se ha podido llevar a cabo principalmente por la saturación de actividades que se tiene en estos espacios, pero he buscado aprovechar los temas insertados en los programas vigentes como coyuntura para la reflexión y el análisis de la complejidad de cada situación desde una transversalidad, como lo marca Reigota (2000), íntimamente ligada con lo cotidiano que no jerarquiza el conocimiento ni separa la ciencia del arte y lo cotidiano. Constantemente trato de hacerles ver los alcances y las interrelaciones de un suceso y las repercusiones sociales, económicas, ambientales de cualquier acción. Busco hacerles reflexionar acerca de nuestra responsabilidad de enseñar, como dice Zabala (1999) para la complejidad desde un enfoque globalizador, de desarrollar en nuestros alumnos un “pensamiento policéntrico capaz de apuntar a un universalismo no abstracto sino consciente de la unidad/diversidad de la humana condición” (Morín, 1999:62), haciéndoles ver lo importante y apasionante que es entender y trabajar en este campo.

Sigo luchando por permanecer en el campo. Continúo intentando sembrar en todos los que me rodean la necesidad de mejorar sus competencias docentes y despertar su inquietud por conocer más acerca del campo de la ea que les permita promover:
“un cambio ético cultural que desde un saber ambiental forme, capacite, informe y fomente sobre la preservación, cuidado e interrelación de los educandos con su Medio Ambiente”. (Ramírez, 2000:136)

No puedo decir que estoy satisfecha de lo que he hecho, me falta mucho por hacer y no lo hago por obligación sino porque ahora es parte de mí y lo seguiré haciendo en cada oportunidad que se me presente.

Bibliografía
Arias, M.A. (2005) Educación ambiental y sociedad civil en México. Alemania, Editorial Académica Española.

García, D. et. al. (2009) Educación ambiental. Aportes políticos y pedagógicos en la construcción del campo de la Educación Ambiental. Buenos Aires, Argentina, Jefatura de Gabinete de Ministros-Presidencia de la Nación-Desarrollo Sustentable.

González E. (2000) “Los desafíos de la transversalidad en el currículum de la educación básica en México”, en revista Tópicos de Educación Ambiental, México, año 2, número 6, pp. 63-69.

Grün, M. (2004) Etica e educacao ambiental. A conexao necesaria. 8ª Edición. Sao Paulo, Brasil, Papirus Editora.

Latapí, P. (2007) Conferencia Magistral al recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Autónoma Metropolitana, México

Morín, E. (1999) Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. París, Francia, Correo de la UNESCO.

Ramírez, T. (1997) Malthus entre nosotros: discursos ambientales y la política demográfica en México 1970-1995. México, upn, Editorial Taller Abierto.

Ramírez, T. (2000) Educación Ambiental. Aproximaciones y reintegros. México, upn, Ediciones Taller Abierto.

Reigota, M. (2000) “La transversalidad en Brasil: una banalización neoconservadora de una propuesta pedagógica radical”, en Tópicos de Educación Ambiental. México, anea, a.c., año 2, número 6 pp. 19-26.

Romero, R. M. (1998) “Ética ambiental y la escuela” en Básica. Revista de la escuela y el maestro. México, SNTE, Núm. 23-24, pag. 6.

Sauvé, L. (1999) “La educación ambiental entre la modernidad y la posmodernidad: en busca de un marco de referencia educativo integrador”, en Tópicos de Educación Ambiental, México, anea, a.c., año 1, número 2, pp. 7-25 .

Sting (1989) Amazonia, la lucha por la vida. Madrid, España, Editorial Debate, Fundación Selva Virgen.

Suárez, A. (2009) Estrategias de formación docente en educación ambiental: una intervención educativa en una escuela primaria en el Distrito Federal. Tésis de Maestría. México, upn, Unidad 095.

Zabala, A. (1999) Enfoque globalizador y pensamiento complejo. Una respuesta para la comprensión e intervención de la realidad. 1ª Edición, España, Editorial Grao.



*Egresada de la Maestría en Educación Ambiental de la Universidad Pedagógica Nacional. UPN095 Azcapotzalco
[1] Para profundizar sobre la crisis ver: Ramírez, T. (1997), Grün, M. (2004), García, D. et. al. (2009).
[2] Para ahondar sobre el tema ver González Gaudiano, E. (2000).
[3] Para ver más información sobre esta aplicación y sus resultados ver Suárez (2009).

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